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Barça-Real Madrid, Clásico, contrastes, Guardiola, Iniesta, Kaká, Pellegrini, Xabi Alonso, Xavi
No lo digo por diferencia de calidad, que conste, sino por los contrastes que nos ofrece el partido del domingo: un equipo que disfruta con el balón ante otro incapaz de usarlo; un equipo de bajitos contra otro cuya fortaleza física es envidiable; la pegada del Madrid contra el escondite del Barça; la cantera contra la cartera. Y así podríamos seguir.
Lo que tiene el fútbol no lo tiene ningún otro deporte. Tras el partido ante el Inter hablábamos del contraste entre el Inter liguero y el europeo. Tras el del Madrid, podemos hablar de lo poco que la ventaja anímica de llegar líder al Nou Camp le ha durado a los blancos. Después del partido ante el Racing -o más bien después del pinchazo del Barça-, la sensación de que algo grande estaba cerca era palpable. Tras la pesadilla de ayer, la mente viaja de mejor gana a una goleada local que a una machada visitante. Cosas del fútbol. En 48 horas se viaja de un extremo al opuesto sin que tan siquiera sea necesario perder un partido.
Al iniciar la temporada escribíamos por aquí comparando a Iniesta y a Kaká. Nos preguntábamos quién era mejor y cuál aportaría más cosas al juego y a la Liga. Esa pregunta ha quedado totalmente satisfecha. No así la comparativa entre Leo y Cristiano. Ahí creo que incluso el merengue sale vencedor. Cada vez que a Messi lo han desconectado de Xavi e Iniesta, hemos leído sobre su incapacidad. Como si Messi fuera malo. No, lo que ocurre es que los peloteros salidos de la Masía provocan una mejora exponencial en sus compañeros, comparable e incluso puede que superior a la del mago Michael Laudrup (artículo a la vista) en sus mejores noches.
Se enfrentan Piqué y Pepe, dos de los mejores centrales de la Liga, si no los mejores, en el contraste defensivo. Mientras uno es un genio a la hora de dar salida al balón -sin menospreciar sus artes defensivas, dios me libre- y mantener el caudal de juego cuando el rival tapa los espacios a los pequeños, el otro es el mejor desconectando a los delanteros rivales. Pepe no tiene parangón a la hora de defender. Su capacidad de anticipación y su velocidad y potencia lo convierten en una pesadilla para cualquier delantero. Hasta ahí existe un contraste. Pepe sufre más contra delanteros altos que defendiendo a los más hábiles. Ibrahimovic lo tiene todo, por lo que veremos un enfrentamiento en el que pueden saltar chispas.
Y qué decir de la portería. El santo blanco, ídolo de masas y capitán de la Selección Española, tendrá enfrente a Valdés, uno de esos buenos porteros a los que muchas veces se cuestiona porque sí. Tiene condiciones, pero no cae bien y de vez en cuando comete una pifia de las buenas. Casillas también, solo que su flor a veces permite que no terminen en gol. Y como cae bien hasta en Barcelona, cuando la que lía es parda parece no ser de recibo levantar la voz.
En el banquillo, más de lo mismo. Un tipo con las ideas meridianamente claras -Guardiola-, ante otro cuyas contínuas pruebas están hartando a más de uno.
Todos los años escuchamos aquello de que los clásicos son partidos diferentes. Este año hay motivos de sobra para afirmar que estamos ante el más diferente de los últimos años…